Llega agosto, el mes vacacional por excelencia. Unos merecidos días de descanso con la pandilla, la familia o en pareja, en los que intentamos disfrutar a tope…¿qué tiene que ver esto con el turismo sostenible?
¿También el turismo tiene que ser sostenible?
Según el informe del Panorama del turismo internacional, edición 2016, el pronóstico para las dos próximas décadas, de 2010 a 2030, es que las llegadas de turistas internacionales en el mundo superarán la cifra de 1.400 millones en 2020 y 1.800 millones en 2030. Los destinos de las economías emergentes doblarán su ritmo de crecimiento respecto al de los destinos de las economías avanzadas. En 2030, el 57% de las llegadas internacionales se registrarán en destinos de economías emergentes (frente al 30% de 1980).
Actualmente ya somos 1.200 millones de personas moviéndonos por el mundo, especialmente, personas procedentes de zonas con un nivel de desarrollo mayor, que visitan lugares con un nivel de desarrollo menor. Como en toda situación de desigualdad que se precie, existe una gran vulneración de los derechos humanos, animales y ambientales en este intercambio.
De ahí que este 2017 haya sido declarado por las Naciones Unidas como Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo. El objetivo de esta iniciativa es sensibilizar a los responsables de tomar decisiones y, al público en general, de la contribución del turismo sostenible al desarrollo, movilizando a la vez a todos los grupos de interés para que trabajen juntos y transformar al turismo en un catalizador de cambio positivo.
¿Qué es el turismo sostenible?
La Organización Mundial del Turismo define el turismo sostenible como aquel “que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas”.
Esta definición implica desarrollar actuaciones de sostenibilidad en cuatro ámbitos:
- Ambiental: dando un uso óptimo a los recursos medioambientales, manteniendo y conservando los ecosistemas, recursos naturales y la diversidad biológica.
- Social: garantizando la participación y aceptación de todas las comunidades involucradas y fomentando una equidad en la distribución de la riqueza generada.
- Económica: asegurando la viabilidad a largo plazo de las actividades turísticas, que reporten beneficios a todos los agentes implicados, con generación de empleo estable y de calidad y de obtención de recursos y servicios sociales para las comunidades anfitrionas, y que contribuyan a la reducción de la pobreza.
- Cultural: conservando sus patrimonio cultural y arquitectónico, sus valores tradicionales, contribuyendo al entendimiento y a la tolerancia.
5 Consejos para un turista sostenible
La buena noticia es que si eres una persona responsable en tu día a día, no debes hacer grandes cambios en tus vacaciones. Quizás, tener un poco más de perspectiva del problema global y algunos consejos para tener en cuenta.
1- Establecimientos responsables
Lo ideal que sea un establecimiento eco-friendly que reduzca en la medida de lo posible los impactos que genera, con energías renovables y ahorros en recursos tanto de agua como de energía. Además, es importante conocer sus políticas de RSC y sus relaciones con la comunidad local. Alternativas como alojarnos en una casa tradicional o un barco-museo que recreen vidas pasadas, pueden ser opciones socialmente responsables si con ello contribuimos al mantenimiento del patrimonio y de la cultura local.
2- Recursos necesarios
No por estar de vacaciones tenemos que tirar la casa por la ventana. Ni mucho menos hacerlo porque la casa no sea nuestra. El uso moderado de los recursos como el agua o la energía también depende en gran medida de los turistas, no solo de los establecimientos y no, no están incluidos en el precio porque el coste ambiental de lavar las toallas o sábanas a diario no se tiene en cuenta.
3- Transportes conscientes
Si podemos evitar coger aviones, ya hemos empezado bien. En ellos se nos van las mayores emisiones de CO2 aumentando nuestra huella de carbono como viajeros y viajeras. Si no es posible, una vez ya en el destino, podemos priorizar el transporte colectivo frente al individual, y darle a la bicicleta y a las “patas” todo lo que podamos.
4- Animales libres y felices
Los animales no son un entretenimiento para la especie humana. No fomentes su esclavitud y maltrato financiando lugares donde viven en cautividad para realizar shows o servir como exóticos fondos de fotografías. Los animales deben vivir en sus entornos naturales y en caso de ser necesarios, en reservas y santuarios que velan por su bienestar y mantenimiento de esas especies.
5- Souvenirs que empoderan
Cuando compremos un recuerdo local es importante ser conscientes de no estar infringiendo la ley del lugar, que las personas que los hayan producido lo hayan hecho en condiciones dignas, que con ellos no estemos expropiando patrimonio cultural o ambiental, que no fomenten la explotación animal o del medio (corales, especies protegidas, marfil…), y que permitan a las personas que las venden ganarse la vida dignamente.
¡Vente al IV RSEncuentro!
Si aún te quedan unos días para disfrutar del mejor mes de todos, septiembre, te proponemos un planazo muy relacionado con el turismo responsable, el IV RSEcuentro.
Los RSEncuentros son eventos dirigidos a todas las personas interesadas en la ética y la responsabilidad social que recorren la geografía española en manos de valientes que deciden sacarlos adelante. El año pasado fuimos nosotras, y este año le toca a Jaume Fons y su equipo de personas colaboradoras que hacen de Valencia los días 28 y 29 de septiembre, una fecha imperdible para hablar de territorios socialmente responsables.
Las entradas ya están a la venta y esperamos que vuelen, así que no las dejes escapar 😉 ¡Nos vemos en Valencia!