Como ya os hemos transmitido, la responsabilidad social (RS) es un modelo de gestión innovador y estratégico, que dota a las organizaciones de un sistema de control de riesgos, así como de una potente herramienta de diferenciación ante sus competidores, gracias al análisis y la consideración de todos sus grupos de interés.
Uno de los principales escollos con los que cuenta la RS en estos momentos es que se ve como una gran inversión a corto plazo, de la que se busca un rápido y fuerte retorno. La RS implica, en gran medida, la generación de unos beneficios intangibles difícil de cuantificar desde el punto de vista del retorno de la inversión (ROI).
Para que una iniciativa de RS tenga éxito necesita que se comunique, tanto a nivel interno como externo, lo que requiere un cierto tiempo, ya que implica mucho más factores más allá de la transmisión de información de calidad: implicación, participación, presencia en redes sociales… Ésta es una ardua labor que conlleva dificultadas a la hora de medir su efectividad.
Para la valoración de estas acciones que generan beneficios intangibles hace tiempo que algunos departamentos de las organizaciones, como el de marketing, vienen proponiendo otras herramientas, como son el retorno por objetivos (ROO, Return on Objectives), el retorno por participación (ROE, Return on Engagement), el retorno por oportunidad (ROOP, Return on Opportunity),… etc.
Estos indicadores, combinados con otros de carácter económico, sirven para construir un mapa más completo para la evaluación de la inversión realizada por las organizaciones en materia de responsabilidad social.
Para más información, podéis leer este artículo de la Revista Forbes: Understanding the New ROI of Marketing
