Cultura y Responsabilidad Social

Compartir en facebook
Compartir en twitter
Compartir en linkedin
Compartir en whatsapp
Cultura y RSE
Cultura y RSE

Las acciones de responsabilidad social puestas en marcha por organizaciones públicas y privadas incluyen, desde sus inicios, la dimensión cultural como uno de sus ámbitos de trabajo, formando un binomio estratégico de gran importancia dentro de las políticas de RSE. Los principales mecanismos que emplean las organizaciones para impulsar la acción cultural son:

  • A través de proyectos de mecenazgo, que según definición del Parlamento Europeo, es toda ayuda financiera, material o moral, de una organización o de un individuo a una obra, principalmente en el terreno cultural, social o científico, que no reporte beneficios directos a las actividades del mecenas, sino un aumento de su reputación o de su honor por la reputación que tal acto recibe.
  • A través de la puesta en marcha de actuaciones culturales propias que incrementen el impacto social, promoviendo la inclusión social, la mejora ambiental,… entre otros.

Existen otros tipos de actuaciones como el patrocinio cultural, marketing cultural,… que se puede ejercitar a través de donaciones, asignaciones presupuestarias dentro de la estrategia de RSE y fomento de la comunicación corporativa, por citar algunos ejemplos adicionales.

El apoyo que las organizaciones aportan a las iniciativas culturales resulta imprescindible para promover un mejor desarrollo cultural de las sociedades pero, ¿qué sucede cuándo son las propias entidades culturales las que promueven una responsabilidad social? Hasta el momento hemos comentado que el binomio cultura y responsabilidad social se basaba en las beneficiosas relaciones mutuas impulsadas por el apoyo económico por parte de la organización para el desarrollo de la actividad cultural y el aumento de la reputación corporativa que recibe al apoyar dichas actividades. Sin embargo son muchos los artistas que desarrollan sus proyectos personales con el objetivo de promover actuaciones más sostenibles. Entre muchas de las iniciativas existentes, recogemos en este post las siguientes:

  • ECO-ART UGANDA: Ruganzu Bruno Tusingwire es un eco-artista ugandés que en 2012 recibió el premio City 2.0 gracias a su proyecto de creación de un parque de atracciones móvil con materiales de desecho para niños que viven en barrios pobres de Kampala. Con el importe del premio, Ruganzu ha creado un programa de préstamos a mujeres eco-artistas para desarrollar sus ideas de negocio que ya apoya a 15 proyectos. También le servirán para ampliar el parque de atracciones y pasar de tener una sola atracción con forma de avión a convertirse en un parque de atracciones permanente.
  • ATASKOA: proyecto de la artista Maider López realizado en Intza, Navarra en septiembre de 2005. El proyecto consistió en una convocatoria pública de carácter festivo para recrear un atasco en un lugar en el que habitualmente no lo hay. Durante cuatro horas los vehículos bloquearon la carretera del monte Aralar y formaron una colorida y destellante guirnalda al pie de los montes. Ataskoa se escenificó en un entorno natural, activando, enfatizando y cuestionando el paisaje. Una situación cotidiana descontextualizada que provoca una nueva lectura y una reflexión sobre el uso del coche.
  • INSTANT VILLAGE: serie fotográfica de la artista Simona Rota que documenta los excesos urbanos llevados a cabo en la isla de Tenerife durante las últimas décadas como consecuencia del voraz mercado inmobiliario.

 

Compartir en facebook
Compartir en twitter
Compartir en linkedin

Deja una respuesta

Si has llegado hasta aquí también te puede interesar...

Hey there!

come here often?

Login To Come In