David Alba, es Doctor en Educación Ambiental por la Universidad Autónoma de Madrid (2016), miembro de Transitando: Ecología y Educación para una Ciudad Sostenible y colaborador del Laboratorio de Socioecosistemas del Departamento de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), donde participó en el proyecto University Educators for Sustainable Development (UE4SD) Erasmus Network.
David ha presentado recientemente su tesis doctoral sobre indicadores de evaluación de la contribución de las universidades españolas a la sostenibilidad, en el marco del programa de doctorado en educación ambiental, aunque sus líneas de investigación se relacionan también con la ecología urbana y la sostenibilidad local, especialmente en procesos educativos y participativos. Ha trabajado como coordinador de la Oficina ECOCAMPUS, oficina de gestión y educación ambiental de la UAM, como técnico de programas en la unidad de evaluación del profesorado universitario de la Agencia Nacional para la Evaluación de la Calidad y la Acreditación, ANECA, y como técnico de proyectos en la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, CRUE.
David, con este bagaje profesional vinculado a la universidad, ¿cuál es tu opinión sobre el estado de la sostenibilidad en las universidades?
Habría que empezar por definir sostenibilidad, pues ahora se oye mucho esta palabra para hablar de viabilidad económica, que aunque es importante no es lo que nos ocupa. A mí me gusta hablar de la contribución de la universidad a la sostenibilidad, pues de lo que se trata es de que la universidad reduzca los problemas de insostenibilidad que nuestra sociedad padece. Y eso lo tiene que hacer principalmente generando ciudadanos responsables con el medio ambiente y con el resto de problemas sociales; también transfiriendo paradigmas y tecnologías que no ahonden en la insostenibilidad y, por supuesto, reduciendo su impacto ambiental en el entorno.
¿Has constatado una evolución en la última década, o consideras que factores como los recortes económicos que han sufrido las universidades han frenado el avance de la integración de la sostenibilidad en todas las dimensiones universitarias?
En cuanto a los programas que las universidades han puesto en práctica para reducir su impacto ambiental ha habido una clara reducción de recursos: las oficinas o servicios encargados han visto reducido tanto su personal como sus presupuestos. Sin embargo, se aprecia una mayor atención a aspectos de gestión que suponen un ahorro claro e inmediato a las arcas universitarias, principalmente relacionados con la eficiencia energética y, en menor medida, con la producción renovable de energía. Otras acciones están más o menos consolidadas como la gestión de residuos o la movilidad, aunque no por ello no precisen de recursos… sobre todo en cuanto a las campañas educativas que son, al fin y al cabo, las claves para el éxito. Si no se trabajan los valores, actitudes y hábitos de los universitarios, por mucho que tengamos muchos contenedores o transportes colectivos eficientes, éstos no se usarán. En este sentido, sigue existiendo una frontera difícil de superar para las actuaciones de sostenibilidad universitaria, y es su incorporación a la docencia y la investigación. Y no sólo para los que estudian ciencias ambientales o investigan en tecnologías ambientales, para todos los universitarios, en especial, aquellos que generan el actual modelo de insostenibilidad.
Recientemente ha finalizado el proyecto University Educators for Sustainable Development (UE4SD), en donde han participado 53 entidades universitarias de todas Europa y donde tú coordinabas a las universidades del Sur de Europa. ¿Podrías comentarnos brevemente cuáles son los principales resultados obtenidos?
Cuando trabajaba en la Oficina ECOCAMPUS de la UAM teníamos como principales destinatarios de nuestras actividades a los estudiantes. Sin embargo, la comunidad universitaria la conforman también el profesorado y el personal de administración y servicios, incluidos los externos. Poco podíamos trabajar sobre todo con los primeros, cuando el profesorado es el principal agente de cambio universitario en temas ambientales: está al cargo de la docencia, de la investigación y también al frente de la institución como tal. Ese gap es el que el proyecto UE4SD ha intentado atajar: mejorar las competencias en educación para la sostenibilidad del personal docente e investigador. Para ello, durante tres años, hemos hecho un breve diagnóstico de la situación de estos temas en las universidades europeas y hemos desarrollado recursos para que faciliten la adquisición del profesorado de esas competencias en sostenibilidad: un catálogo de buenas prácticas, una plataforma online de recursos y hemos dirigido una experiencia piloto de un programa de acompañamiento a las otras cuatro universidades españolas del proyecto (Autónoma de Barcelona, Girona, País Vasco y Granada) llamado Academy en el que estas universidades han diseñado un programa de cambio institucional en sus universidades que mejore no sólo el desempeño de sus profesores relacionado con la sostenibilidad sino también que reduzcan el impacto en el medio.
¿Cuáles serían tus recomendaciones dirigidas a las educadoras y educadores en materia de sostenibilidad?
La verdad es que la imagen de educador o educadora ambiental ha cambiado mucho, ya no sólo se trabaja en el medio natural y con población escolar. Cada vez se entiende que los problemas que viven los entornos naturales provienen de las actuaciones en el medio urbano y rural, en definitiva, humanizado. No nos podemos conformar con educar en la naturaleza si luego volvemos a nuestras ciudades y seguimos con este estilo de vida basado en el consumo de recursos sin sentido y la exportación de los residuos y contaminantes a otros espacios. Como defendimos hace tiempo en nuestro blog en la revista Ciudad Sostenible, es necesaria cada vez más una educación ambiental urbana.
En la actualidad formas parte del colectivo Transitando. ¿Podrías hablarnos de vuestros principales proyectos?
Venimos de trabajar en el diseño y desarrollo del plan de formación de la Estrategia Españolas de Sostenibilidad Urbana y Local, por el que hemos desarrollado una quincena de cursos sobre esta temática y estamos en pleno proceso de revisión de nuestras actividades educativas, que siguen siendo nuestra apuesta principal. Pero también, mantenemos el trabajo de investigación y estudio aplicado, tratando de incorporar la visión socioecológica tanto en las políticas como en el análisis de las mismas. Estamos trabajando en un estudio para el Ayuntamiento de Madrid sobre una propuesta metodológica de evaluación del impacto ambiental de las políticas municipales y participamos en el Informe de Políticas Locales de los grandes municipios de la Comunidad de Madrid del Instituto de Derecho Local de la UAM.
El próximo día 17 de noviembre participas en las jornadas de Diversidad y Diseño Urbano ‘A Coruña + Natural’, ¿cuáles crees que deben ser las principales líneas a seguir en la redefinición urbanística de las ciudades
Es muy interesante esta visión de naturalizar la ciudad que algunos equipos municipales, como el de A Coruña o Madrid, están teniendo. Se trata de entender la ciudad desde el punto de vista socioecológico, asumiendo que es un ecosistema más, que está en contacto con el resto de ecosistemas, pero que tiene grandes peculiaridades por la importancia en él de una especie, la humana, y por la dependencia que tiene de los ecosistemas naturales. Esa dependencia puede ser relativamente menor si el ecosistema urbano intenta seguir las reglas que rigen a los naturales: siendo más eficientes y autosuficientes en el consumo de recursos, minimizando el de los combustibles fósiles; generando procesos cíclicos y no flujos lineales como el que supone exportar los residuos a otros espacios; facilitando, en vez de impedir, que se desarrollen los servicios ecosistémicos, como la regulación de la temperatura gracias al arbolado o a los espacios con agua; haciendo una ciudad más habitable para los ciudadanos, y no para los coches, que es la otra especie predominante de nuestras ciudades, que podemos considerar como una especie invasora.
¡Muchas gracias David por tus palabras! Animamos a todas aquellas personas que viven y/o trabajan en A Coruña que pasen por el Kiosco Alfonso a partir de las 10.30 a escuchar a David Alba.