En las últimas semanas hemos estado sumergidas en el maravilloso mundo de la innovación social y queremos compartir con vosotros nuestra experiencia.
“La innovación social puede ser definida como el desarrollo e implementación de nuevas ideas (productos, servicios y modelos) para satisfacer las necesidades sociales, crear nuevas relaciones sociales y ofrecer mejores resultados. Sirve de respuesta a las demandas sociales que afectan al proceso de interacción social, dirigiéndose a mejorar el bienestar humano” (U.E)
Hace tres semanas, participamos como formadoras, junto con otros colaboradores, en un curso de gestión de proyectos de innovación social co-financiado por el FSE, la Xunta de Galicia y la Rede Eusumo y que tuvo lugar en la Confederación de Empresarios de A Coruña. Un grupo de 12 personas con inquietudes en este campo, participaron en un taller de 10 horas de formación eminentemente práctica en el cual partiendo de un pequeño marco teórico, pudimos experimentar todas las fases de creación y puesta en marcha de un proyecto de innovación social.
La semana pasada, moderamos un panel de innovación social en el foro de «Liderazgo y emprendimiento en femenino» de la asociación Executivas de Galicia en el incomparable marco del Museo del Mar en Vigo, con la participación de Noelia L. Vázquez, como directora adjunta del Grupo Sacendi de atención a mayores, Mónica Grau, investigadora en el campo de igualdad del Instituto de Innovación Social del ESADE, y Nuria Varela-Portas, de Pazo de Vilane.
Gracias a estas participaciones, podemos decir que la mejor manera de entender la innovación social es como un proceso capaz de generar alternativos modelos en los cuales se integre a la sociedad. Esta mera reflexión acerca de cómo desafiar al Status Quo y conocer experiencias prácticas, puede resultar mucho más interesante que los resultados de los mismos, acercando el pensamiento crítico en torno a cómo satisfacer necesidades colectivas desde un punto de vista diferente, permitiendo a los agentes involucrarse y empoderar, así, el cambio actitudinal necesario para los desafíos a los que nos enfrentamos como sociedad.
Y es que toda esta nueva, y no tan nueva, terminología que rodea a la economía social, las empresas sociales, la innovación social, y todos aquellos procesos democráticos y participativos que buscan como fin último la justicia social actuando desde el sector público, privado y/o mixto, atendiendo a diversas formas de relación, organización y constitución legal dependiendo del país dónde se desarrollen; no dejan de ser las maneras tradicionales de colaboración, cooperación y ayuda mutua que siempre han existido entre los seres humanos. Hoy en día, con mayor razón, estas voces revindican con fuerza la necesidad de contar con modelos alternativos a la mera maximización de beneficios de un sistema que ha demostrado no ser capaz de satisfacer las necesidades de una sociedad global, cada vez más consciente y demandante de los derechos humanos básicos y la verdadera calidad de vida fuera del consumismo imperante.
Desde intheMOVE, estamos convencidas de que este cambio es posible, que las empresas sólo necesitan reconectar con sus valores básicos y asumir su responsabilidad como entidades que se desarrollan en un contexto global, influenciando y siendo influenciadas en cada una de sus decisiones y acciones a desarrollar.