La campaña ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres del Secretario General de las Naciones Unidas, administrada por ONU Mujeres, ha proclamado el día 25 de cada mes como Día Naranja: un día para actuar a favor de generar conciencia y prevenir la violencia contra mujeres y niñas.
Desde intheMOVE realizamos una entrevista todos los meses a mujeres con una gran trayectoria profesional. Este 25 de enero, estrenamos entrevista temática, puesto que cada 25 de cada mes entrevistaremos a una mujer de un ámbito profesional diverso.
Este mes tratamos de Mujer y Economía, y para ello, qué mejor que contar con una Doctora en Economía, trabajadora en la división de investigación del Banco de España y presidenta del Comité sobre la Situación de la Mujer en la Economía (COSME), dependiente de la Asociación Española de Economía, encargado de evaluar y promocionar el estado de las mujeres dentro de la profesión económica. Os presentamos a Laura Hospido.
Laura, en tu experiencia, ¿cómo ha afectado el hecho de ser mujer a tu carrera profesional?
Mi carrera profesional se ha desarrollado en un entorno muy concreto, una particular combinación del ámbito académico en una institución de carácter público como es el Banco de España. En este marco, el hecho de ser mujer no ha influido negativamente en mis oportunidades laborales, pero por supuesto considero que esta situación no es generalizable a otros ámbitos. Más allá del entorno profesional, lo que ha resultado clave para no encontrarme con trabas en mi proyección profesional es una apuesta personal decidida por considerar mi trabajo algo prioritario y un apoyo incondicional de mi familia para hacerlo posible, sobre todo desde mi reciente maternidad.
¿Cómo es el número de mujeres en puestos de responsabilidad en tu entorno profesional, (bajo o alto)? ¿Por qué crees que es así?
En mi entorno profesional, el porcentaje de mujeres en puestos de responsabilidad intermedios es relativamente alto, al menos en comparación con el sector privado. No lo es sin embargo al nivel de alta dirección y consejeros. Como en el ámbito universitario para el caso del porcentaje de catedráticas, podríamos pensar que esto se debe a un efecto cohorte por el que es cuestión de tiempo que haya un número equiparable de mujeres candidatas para dichos cargos. Sin embargo, los datos muestran (véase por ejemplo el “Libro Blanco: Situación de las Mujeres en la Ciencia en Española”) que el ritmo de aumento de candidatas a esos niveles no está siendo tan elevado como en niveles menores de responsabilidad. Los motivos son variados: preferencias de las mujeres, discriminación estadística, menor confianza en sí mismas, falta de role models, etc. Es en todo caso muy difícil determinar la importancia relativa de cada uno de esos mecanismos.
¿Qué tiene que ver la economía con el género? ¿Qué temas trata esta rama de la economía?
La economía de género estudia las razones por las que hay diferencias entre hombres y mujeres en variables económicas tales como nivel educativo, salarios, renta, horas de trabajo, tasas de pobreza, tiempo de ocio, y otras habitualmente empleadas por los economistas para medir bienestar. El análisis económico representa una aproximación útil para abordar estas cuestiones, pues ofrece tanto un marco teórico de estudio como herramientas estadísticas que permiten fundamentar la evaluación de políticas a favor de la igualdad entre sexos u otras actuaciones que pueden afectar de manera específica a cada grupo.
¿Cuál dirías que es el papel de la mujer en la economía a nivel mundial?
Afortunadamente en la actualidad existen múltiples fuentes de datos que nos permiten disponer de información comparable entre países sobre desigualdades de género en la educación, el empleo o el espíritu empresarial (véase por ejemplo el portal de la OCDE, y para el caso español la publicación del INE Mujeres y hombres y Mujeres en cifras del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades). En el ámbito educativo, por ejemplo, aunque la diferencia por sexos en el nivel general se está reduciendo, sigue siendo amplia en lo que respecta al ámbito de estudio. Así, el porcentaje de mujeres sigue siendo mucho menor en ciencia, tecnología y matemáticas y todavía representan una parte muy pequeña de los estudiantes en informática e ingeniería – áreas de gran demanda en el mercado laboral en los países de la OCDE y otras regiones. En cuanto al emprendimiento, en los 27 países de la UE sólo el 25% de los propietarios de negocios con empleados son mujeres. Además esta baja participación de las mujeres ha crecido sólo marginalmente en la última década.
¿Y si lo comparamos con España? ¿En qué estado nos encontramos?
La situación relativa de España varía en función del ámbito en el que nos fijemos. En términos de la tasa de graduación nuestros números son similares a la media de la OCDE y como en el agregado, también en España la presencia de mujeres en carreras más técnicas es aún baja. En el mercado de trabajo, partíamos a mediados de los 90 de tasas de participación para las mujeres hasta 12 puntos porcentuales inferiores a las de la media de la OCDE y ese diferencial ha desaparecido desde 2008. Sin embargo las tasas de temporalidad y desempleo continúan siendo mayores para las mujeres en España (aunque los márgenes por sexos se han estrechado con la crisis). Por último, en términos de emprendimiento, nuestro estado es comparativamente peor. Así, de acuerdo con el Flash Eurobarometer Survey on Entrepreneurship, en 2012 el 36% de los hombres en la UE-27 declaraban que, independientemente de sus preferencias, sería factible para ellos convertirse en trabajadores autónomos en los próximos cinco años frente a 26,5% en el caso de las mujeres. Esas cifras en España fueron 25,5 y 17%, respectivamente.
¿Qué relación existe entre la violencia de género y la economía?
En un reciente post en Nada es Gratis, Manuel Bagues resumió la evidencia empírica sobre violencia de género. Esa evidencia apunta a que, en general, las agresiones son más frecuentes cuando la mujer está en una posición económica desfavorable. Así, con datos de California se ha mostrado que la violencia de género es menor cuando las oportunidades laborales de las mujeres mejoran. Sin embargo, no es un resultado universal. En sociedades más sexistas, la independencia económica de la mujer podría ser incluso contraproducente (así lo documenta un estudio en Etiopía, por ejemplo).
¿Qué opinión te merecen las políticas de discriminación positiva? ¿Crees que surten el efecto deseado? ¿Qué otras alternativas existen para acabar con estas desigualdades?
Existe cierta controversia respecto a las ventajas y los inconvenientes de establecer cuotas, ya sea en consejos de administración, listas electorales, tribunales de oposición, etc. Por un lado, pueden tener un efecto positivo al motivar a mujeres capaces que subestiman su potencial a presentarse para puestos de alto nivel. Por otra parte, existe el riesgo de que una cuota lleve a que mujeres menos capaces sean promocionadas en lugar de hombres más capaces y de que aquellas mujeres que lleguen a puestos altos por méritos propios reciban el estigma de sólo haber llegado a un puesto merecido debido a la existencia de la cuota. Aunque el peso relativo de cada factor variará según el contexto, en general creo que el efecto deseado será más fácil de lograr si la cuota se establece como una medida temporal y si afecta al conjunto de candidatos a tomar en consideración, no al de finalmente seleccionados. Más allá de las cuotas, sí soy partidaria de programas de mentoring, como en el ámbito académico, el CeMENT de la American Economic Association, o de iniciativas como “nuestro” COSME, un subcomité de la Asociación Española de Economía encargado de evaluar y promocionar el estado de las mujeres dentro de la profesión económica.
¿Qué les dirías a aquellas personas que piensan que la igualdad es un tema que está más que superado y que realmente no existen tales diferencias?
Les diría que esperen a tener hijas para ver como su visión cambia! Un estudio de Rebeca Warner mostró que los padres con hijas son más favorables a políticas de igualdad de géneros, mientras que Ebonya Washington encontró que en Estados Unidos tanto los congresistas demócratas como los republicanos que tienen hijas tienden a apoyar leyes más progresistas.
Completa la siguiente frase “Visto de naranja porque… como “as laranxas mais laranxas de todas as laranxas” de Carlos Casares, a veces como mujer me siento naranja nacida en limonero».