Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, son una herramienta fantástica para lograr metas conjuntas. En esta ocasión hablaremos del ODS 1, Fin de la Pobreza, y del ODS 2, Hambre cero y seguridad alimentaria.
ODS 1: Fin de la pobreza
La tasa de pobreza mundial ha disminuido a la mitad desde el año 2000 pero todavía en los países en desarrollo una de cada diez personas, y sus familias, siguen viviendo con menos de 2€ al día. Según datos de la ONU, casi el 42% de la población de África Subsahariana continúa viviendo por debajo del umbral de la pobreza. Pero la pobreza no es solo la falta de ingresos y recursos. Va mucho más allá, es un problema de derechos humanos. Los síntomas de la pobreza son, entre otros muchos, el hambre, la malnutrición, la falta de una vivienda digna y el acceso limitado a la educación o salud.
Aquí, en España no somos ajenos a estos problemas y, es que, a finales de 2017 casi 13 millones de personas se encontraban en riesgo de pobreza y exclusión social, según datos aportados por Ayuda en acción. Según estos mismos datos somos el tercer país de la Unión Europea con mayor desigualdad.
A la vista de este gran problema de desigualdad, el ODS 1 trabaja para poner Fin a la Pobreza desde un punto de vista inclusivo. Uno de los pilares para luchar contra este mal debe ser el desarrollo y crecimiento económico, con el fin de generar empleos sostenibles, de calidad y que promuevan la igualdad. Además, el tejido social debe ayudar a minimizar los riesgos de pobreza, sobre todo, en aquellos países propensos a los desastres naturales, cada vez más frecuentes y que tienen su origen en el cambio climático.
Pero, ¿qué puedes hacer tú para minimizar este impacto? Está claro que una acción individual y aislada no logrará el Fin de la Pobreza pero, entre todos, sumando esfuerzos, podemos conseguir grandes cambios para millones de personas.
El primer paso para ello es la concienciación y sensibilización. Podríamos poner fin a la pobreza extrema en 20 años ya que el coste por año representa menos del 1% de los ingresos conjuntos de los países más ricos del mundo, tal y como recoge el economista Jeffrey Sachs en los materiales explicativos de la ONU.
Sabiendo que es un objetivo alcanzable, trabajar para su consecución es mucho más sencillo. Desde tu condición de ciudadano puedes apoyarlo con tu participación activa en la formulación de políticas, o apoyando la investigación en diferentes campos. Desde tu faceta laboral quizás seas educador y puedas contribuir con tus enseñanzas a la difusión de iniciativas vigentes o quizás te dediques al sector económico y puedas aportar otro tipo de soluciones.
Os dejamos el ejemplo de un proyecto que empezó siendo algo muy pequeño: el banco Grameen. El banco Grameen se acabó convirtiendo en la institución microfinanciera y el banco de desarrollo comunitario de referencia. Fue fundado en Bangladesh por Muhammad Yunus y en 2006 fue ganador del Premio Nobel de la Paz. El banco Grameen otorga microcréditos a las personas más pobres de la pirámide sin pedir una garantía a cambio, ya que se basa en la confianza depositada en los pobres con el objetivo de salir de la pobreza. Su funcionamiento está estructurado en “grupos” que ejercen apoyo para la consecución del pago y ayuda en educación colectiva. Una banca basada en la confianza mutua, la responsabilidad, participación y creatividad.
Como ejemplos más cercanos a nosotros tenemos como referencia el trabajo continuo que realiza Cruz Roja. Esta ONG realiza programas de acompañamiento a los sin techo y dispone de unidades de emergencia social dispuestas a intervenir cuando es necesario, como en las épocas de más frío. Con Cruz Roja, así como con otras entidades no gubernamentales, puedes contribuir siendo socia/o o voluntaria/o.
ODS 2: Hambre cero
Muy relacionado con el fin de la pobreza se enmarca el Objetivo de Desarrollo Sostenible número dos: hambre cero y seguridad alimentaria. A nivel global, el sector alimentario y agrícola deben ofrecer soluciones para la eliminación del hambre y la pobreza pero ahora mismo nuestra biodiversidad está sufriendo un rápido proceso de destrucción por motivos como la sobreexplotación o los efectos adversos del cambio climático.
Gestionadas de forma adecuada la agricultura, silvicultura y acuicultura pueden suministrar comida nutritiva a todo el planeta, así como ser fuente de ingresos para millones de personas que viven en el campo. Necesitamos una profunda reforma del sistema agrario y alimentario mundial si queremos ser sostenibles y conseguir nutrir a los 815 millones de hambrientos que existen actualmente.
Debemos actuar con una tendencia glocal, pensar globalmente y actuar localmente, para poder conseguir erradicar el hambre y seguir fomentando la seguridad alimentaria.
Un ejemplo cercano es la lucha contra el desperdicio alimentario. En la UE, cada persona desperdicia 173 kilos de alimentos al año. Una cifra extremadamente absurda y que nos hace recapacitar sobre el efecto que genera en toda la cadena. Algunas de las claves podrían ser: realizar pequeñas compras a la semana, escribir listas de la compra compartidas con el resto de los miembros de la familia, revisar los etiquetados y las fechas de caducidad y de consumo preferente, congelar correctamente la comida.
A nosotras nos encanta la iniciativa comunitaria de Nevera Solidaria que tiene como propósito luchar contra el despilfarro de comida poniendo a disposición de las personas, alimentos que, para otros, suponen un excedente. Esta iniciativa ha tenido su réplica en Santiago, en la Praza do Matadoiro. Se trata de que los depositantes tengan un lugar donde dejar la comida sobrante para que los receptores puedan aprovecharla. En esta nevera se pueden depositar alimentos preparados en el mismo día o que esté envasado, usando recipientes transparentes y con la fecha en la que fueron cocinados.
Si somos unas personas apasionadas de la tecnología, podemos consultar el catálogo de apps sobre desperdicio alimentario. Existen muchas a nivel mundial pero aquí en España destacan Yonodesperdicio.org, NiLasMigas o WeSaveEat. Yonodesperdicio.org y WeSaveEat forman parte de la appteca de la plataforma apps4citizens. Esta plataforma que tiene por objetivo promover el uso de las aplicaciones como un instrumento tecnológico al servicio de la ciudadanía y que funciona a través del compromiso social colectivo.
Por último deciros que podemos sumarnos al movimiento de la ONU “El Reto del Hambre Cero” #ZeroHunger y seguirlos en sus redes sociales.
A lo largo de las próximas semanas seguiremos hablando mucho de los ODS, que como sabéis, cogen el testigo de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para conseguir aquellas metas que no se han logrado alcanzar, actuando en tres dimensiones: crecimiento económico, inclusión social y la protección medioambiental.