¿Qué es la facilitación y para qué sirve?

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Hace algo menos de un año que comenzamos a trabajar con Cruz Roja Lugo, y no podemos estar más satisfechas con esta relación.

A lo largo de estos meses, hemos desarrollado toda una serie de sesiones tanto internas como externas para ir reforzando la relación que mantienen con las empresas de su entorno. El objetivo es canalizar a través de la responsabilidad social nuevas formas de relación en entre empresas y ONG’s, relaciones win-win que permitan crecer y salir beneficiadas ambas partes.

Para ello, nos estamos valiendo de la organización de una serie de eventos en formato After Work en el que miembros de Cruz Roja y de empresas de diversas ramas, se encuentran para hablar sobre las necesidades de unos y otros y encontrar los nexos de unión. Estas sesiones están “facilitadas” por nosotras, buscando la participación activa, la expresión de necesidades reales, la profundización en las problemáticas, la propuesta de soluciones y la adquisición de compromisos. Pero ¿qué es eso de la facilitación y cuál es nuestro papel? A continuación, os aclaramos algunos términos.

¿Qué es la facilitación?

Dice el IIFACE (Instituto de facilitación y cambio) que la facilitación es “el conjunto de habilidades, técnicas y herramientas para crear las condiciones que permitan un desarrollo satisfactorio de los procesos grupales y personales; tanto en la consecución de sus objetivos y realización de su visión, como en la creación de un clima relacional donde reine la confianza y una comunicación fluida, empática y honesta”.

Como su propio nombre indica, la facilitación consiste en facilitar o hacer más fácil el entendimiento entre distintas personas con un objetivo común en un proceso concreto. Cada proceso es diferente, y requiere una facilitación distinta. En función del público, el tiempo, pero, sobre todo, los objetivos, se diseña un proceso orientado a esos resultados esperados.

¿Qué es ser un facilitador o facilitadora?

El facilitador es como un director de orquesta en las sombras. Conduce el proceso grupal en función de las necesidades del mismo, creando las condiciones necesarias para el diálogo profundo, abriéndolo a los propios participantes. Su figura aparece y desaparece según la necesidad a lo largo de las sesiones. Custodia el tiempo, el ritmo y el flujo de trabajo y gestiona los conflictos.

Una persona facilitadora es imparcial, neutral, no tiene por qué saber del tema a tratar, no se adueña del proceso y permite la participación efectiva de todos y cada uno de los miembros del grupo.

Las características principales de un facilitador son la capacidad de escucha profunda, que le permite percibir el clima grupal, la flexibilidad, para poder adaptarse a las necesidades concretas de ese grupo, la empatía para entender el momento en el que se encuentra cada persona en el proceso, la capacidad de síntesis, que le permite conectar ideas y agruparlas, la organización, ya que debe ser capaz de gestionar tiempos y procesos, y, por supuesto, la capacidad de fluir con el grupo.

En nuestro caso, estamos muy influenciadas por el Art of Hosting, o el Arte del liderazgo participativo, creemos firmemente en la figura de un “host”,  de esa persona anfitriona, y cuando facilitamos los hacemos desde esa perspectiva. Como si quisiéramos invitar a alguien a nuestra casa, cuidando todo el proceso para que cada persona participante se sienta bienvenida, en casa, en confianza, cuidando del espacio, del tiempo, del proceso y de las personas a la vez.

¿Para qué se utiliza la facilitación?

Desde intheMOVE empleamos la facilitación en todos los procesos grupales que conducimos ya que consideramos básico el entendimiento y el bienestar de todas las personas participantes en un proceso grupal.

No es raro escuchar que las asambleas o la toma de decisiones conjunta son procesos largos y tediosos. Procesos tensos, en los que aparecen conflictos y divergencia de pareceres que bloquean los resultados, frustran a los participantes y envilecen el clima entre los mismos.

La facilitación sirve para evitar eso. Es un medio, pero también un fin. Cuando pones a un grupo de personas a trabajar con unos principios y dinámicas diferentes, los resultados son distintos. Si éstos se basan en el respeto de la palabra, en la escucha profunda para entender (no para contestar), en expresar miedos, deseos, sueños, en tejer una red de confianza y aprender a relacionarse de otro modo, la propia facilitación se convierte en una herramienta de mejora más allá de la sesión. El resultado obtenido es compartido y las sensaciones se mantienen en el tiempo.

Usamos mucha facilitación en juntas directivas de empresas, con equipos de trabajo pero también organizamos eventos participativos con distintos grupos de interés para conocer mejor qué necesidades y/o percepciones tienen o simplemente, desarrollar propuestas conjuntas. Podemos aplicar la facilitación en:

  • La toma de decisiones.
  • El trabajo de conflictos de equipo.
  • Procesos de transformación organizacional.
  • La creación de nuevas líneas de negocio.
  • Nuevos proyectos comunitarios.
  • La profundización en los valores organizacionales.
  • El diseño de proyectos conjuntos.
  • Estrechar lazos entre los miembros del equipo.
  • Y tantas situaciones como motivos por los que juntarse para un fin común existan 😉

Si quieres saber más sobe nuestros eventos de facilitación y participación puedes echar un vistazo a los siguientes videos:

Foro Abanca Responsable: La Rentabilidad Social.

III RSEncuentro:

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